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CUT

Siempre la imagen ha sido reflejo de sociedades. Las postales de edificios y monumentos exhibiendo proezas y grandezas se han convertido en iconos culturales de los poderes económicos de las naciones.


Desde la invención de la fotografía este espejo social ha sido utilizado con más fuerza al atribuirle a la imagen fotográfica la falsa idea de veracidad o certificación de algo. Se ha utilizado, y aun se hace, como herramienta propagandística y de manipulación.

La fotografía actual es digital, no es física. Para la gran mayoría de la gente es manipulable. Aunque la “fotografía física” también lo es, la idea generalizada es que la “fotografía digital” lo es en si misma. Se le atribuye una falsedad intrínseca. Si es digital se puede retocar, falsear. Es maleable, y con ella su verdad.

Sin embargo la fotografía digital mantiene una lucha tecnológica continua consigo misma. Una carrera en ascendencia potencial hacia la perfección del detalle, del pixel, de su propia verdad. Mas definición, más resolución, más megabytes, más cuerpo sin cuerpo.

En las imágenes de la serie CUT se muestran con un corte en la copia impresa, cuestionando los valores de las iconografías que en ellas se representan mediante la “imagen fotográfica de alta calidad”.

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